martes, 22 de noviembre de 2011

Un poco de historia...


BREVE RESEÑA HISTÓRICA
IAA), es filial de similar entidad creada en Buenos Aires (República Argentina) y la de Cuzco que a iniciativa del escritor Uriel García, se constituye el 5 de Octubre de 1937. Sus fundadores son abogados, literatos, artistas plásticos y músicos. Es la entidad que fusiona a los sucesores del Grupo Cultural “Orkopata” creador del Primer Movimiento Literario Indigenista del Perú, y de los artistas plásticos que en la década de los años 30 del siglo pasado, fundaron el Círculo Pictórico “Laikakota”.
Son 70 años de vida cultural permanente que vale la pena recordarlos. Cuando el mundo de las letras peruanas evoca la obra y la imagen de grandes valores del pensamiento universal y de este Continente: Miguel de Cervantes y Saavedra, autor de “El Quijote de la Mancha”. El Inca Gracilazo de la Vega, enseñándonos que la “Historia de los pueblos se lleva en la memoria del corazón”. José Carlos Mariátegui, que representa a un espíritu admirable, abierto no sólo a las grandes transformaciones de su tiempo, sino que su vida y pensamiento, están ligados a las aspiraciones de un nuevo orden económico y social, desde su juventud bohemia de periodista en la Lima de 1916 a 1924, a su meditativa experiencia europea y su compromiso y militancia socialista. César Vallejo, un creador de palabras e imágenes, que comparte su dolor y sufrimientos con el hombre en Los Heraldos Negros, Trilce o Poemas Humanos.
Son 70 años que esta Institución Cultural, que ha recibido en su local a lo más importantes de los artistas pictóricos, poetas, músicos y literatos que han visitado Puno. Es creadora de los concursos de danzas autóctonas, trajes de luces y de origen mestizo como “La Pandilla Puneña”; de estudiantinas, de la belleza nativa –quechuas y aymaras- y otras manifestaciones populares. A su iniciativa, se crea la Escuela de Bellas Artes -hoy Escuela Superior de Formación artística- donde su primer directos, ad-honoren, es el socio fundador y artista plástico Francisco Montoya Riquelme.
No toda la colectividad puneña conoce, que el IAA ha participado en la primera Embajada Cultural que viajó a Lima para presentar música y danza puneña, juntamente con el Centro Musical “Theodoro Valcárcel”. Que en forma ininterrumpida, desde hace más de veinte años, realiza los “Viernes culturales”, donde se presentan libros, revistas y se auspicias conferencias, recitales de música, poesía y exposiciones pictóricas artistas del lugar y visitantes.
En su local funciona un “Museo de Arte Popular” producto de años de trabajo. La Municipalidad de Puno proporcionó este ambiente en los altos del Teatro Municipal y cada cierto tiempo, se firma un convenio “cesión de uso” con el IAA, de manera que su uso es múltiple: museo-biblioteca-sala de conferencias- y taller de los cursos de música o literatura que son dictados por sus socios, para estudiantes en época de vacaciones.
De esta manera la trayectoria del IAA a lo largo de sus 70 años de existencia, constituye sin temor a equivocarnos, lo más importante de la cultura viva del departamento de Puno. Lo meritorio es que no tiene subvención económica del Estado ni de ninguna otra entidad. La buena voluntad y entusiasmo de sus socios que cada año renuevan su directiva, es una propuesta de trabajo para propios y extraños.
Por eso que en esta nota periodística, rendimos homenaje a la obra realizada, a la actividad permanente de hombres y mujeres que integran esta Institución. No para echar flores a un pasado brillante de sus actividades, si no para dar expresión a las espontaneidades y energías del sentimiento cultural de un pueblo, en el que todo el bagaje de hechos y acontecimientos cosechados en su ayer, representa solamente puntos de referencia, consignas que seguir y ejemplos que superar. Su presencia de actividad cultural permanente, en la capital del departamento de Puno; consolida una vez más, el espíritu de un pueblo que desde los albores de su existencia como ciudad, tiene presencia en los campos de las artes plásticas, la música, la danza y la literatura, que emerge de la tierra, del azul de nuestro lago Titicaca y del paisaje altiplánico.